Castro de Fabal
En la margen izquierda de la Playa de Fabal, en Téifaros, se encuentran los restos de lo que hace muchos años fue un castro.
El poblado estaba situado sobre un pequeño promontorio o saliente de tierra en el mar, formando éste y los acantilados sus defensas naturales, y separado de la rasa litoral por un sistema de fosos y parapetos que formarían el aparato defensivo construido por el hombre.
Este pequeño promontorio o saliente en el mar se conoce con el nombre de Castrillón, derivado de la voz latina "castrum", término empleado por los romanos para denominar los reductos fortificados, lo que nos viene a constatar la presencia de un castro en ese lugar.
Del castro sólo se conservan tres fosos excavados en la roca, de dos metros de profundidad y tres de anchura aproximadamente, y entre cada uno de ellos se alza un parapeto construido con los materiales excavados para hacer el foso.
En torno al año 600 antes de Cristo, en la Edad del Hierro, fueron surgiendo los primeros castros que alcanzaron su momento de más apogeo entre los siglos I antes de Cristo y I después de Cristo, produciéndose un progresivo abandono de los mismos entre los siglos II y VI.
El Castrillón de Fabal probablemente se levantaría en época romana, siglo I, con el fin de controlar la navegación de cabotaje y el camino natural que existiría por la rasa costera. A la vez, sería centro de aprovisionamiento de productos marinos y agrícolas para los castros situados más al interior.